Robert E. Lee fue un prestigioso militar estadounidense, héroe en la guerra contra México y era hijo del héroe de la Independencia Henry Lee. Lo que se dice un auténtico estadounidense, vamos, que sólo le faltaba ser nieto de Betsy Ross. Era un brillante estratega y fue superintendente de la academia militar de West Point, donde se formaba la élite de los oficiales estadounidenses. Hasta aquí la historia políticamente correcta.
El general Lee participó en la guerra civil estadounidense con el bando confederado, es decir, los segregacionistas que aprobaban expresamente la esclavitud. Su declaración de independencia sólo fue reconocida por el ducado de Sajonia. Y como por todos es sabido perdió la guerra a manos del ejercito de la Unión, capitaneado por Ulysses S. Grant. Mucho se ha hablado del genio militar de estos dos hombres, pero el número de efectivos de la Unión era una ventaja enorme para Grant, que se limitó a llevar una guerra de desgaste que se saldó con la victoria de la Unión y la capitulación de Lee en Appomatox.
Tras la guerra al general Lee se le retiró la ciudadanía estadounidense, que le fue concedida de nuevo por el congreso en 1975, cuando ya llevaba unos cuantos años bajo tierra. En los últimos años de su vida ostentó la presidencia del Washington College donde se garantizó que ningún negrito pisaría sus aulas.
Sinceramente, no me gustaría que me comparasen con la figura de un militar racista, por mucho genio que fuese. Pero como todo vale en esta vida para hacer comparaciones, también voy a hacer las mías.
Imaz como el general Zhukov, el que resistió en Stalingrado y llegó hasta Berlin. Posteriormente fue, como no, degradado por Stalin.
Urkullu como Eisenhower. Era colega de Zhukov y acabó como presidente de los EE.UU. También fue el que dió el espaldarazo definitivo y reconocimiento internacional al gobierno del dictador español Franco.
Egibar como el General Custer. Era famoso por sus grandes victorias pírricas, ganaba pero dejando en cuadros a su ejército. Murió con las botas puestas en Little Big Horn.
Arzalluz como Patton. Uno de los mejores generales que ha dado el ejército estadounidense, claro que se creía la reencarnación del general cartaginés Aníbal. El que dijo "Que dios se apiade de mis enemigos porque yo no lo hare". Aunque también podría ser MacArthur, el de "Volveré".
Será por generales!
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