Oh Dios Príapo!, que apareces en los más insólitos lugares. Acoge en tu seno a este miembro del foro de Ermua y ayúdale con sus problemas. El señor Aguirre ha sufrido una patada en el bajo vientre que le ha dejado (aún más) incapacitado de lo normal, de hecho llegó a perder la consciencia unos segundos según sus palabras. Claro que la conciencia y la inteligencia también las perdió y no se ha preocupado de buscarlas hasta ahora, pero esa ya es otra historia. Podría ser un apasionante argumento para un futuro libro de su compadre Ezkerra.
Nuestro amigo Aguirre ha sufrido lo que coloquialmente se llama un dolor de tres pares de cojones debido a la patada en los mismos. Desde aquí mi solidaridad con sus partes nobles, que han sido las directamente agredidas. Dentro de un ambiente de camaradería masculina no puedo más que sentir como propia la patada en los huevos, por eso, Antonio Aguirre, un sincero abrazo. Te recomiendo llevar coquilla como los boxeadores para evitar estos percances, pues un luchador de la palabra como tu debería estar bien protegido. De hecho también te recomiendo un tapón para el anverso de tus partes impúdicas, es decir, tu ipurdi. Quien sabe si esa mirada que te echaba Ezkerra, más que de compasión o de preocupación, era todo un alegato de intenciones.
Y también me gustaría expresar mi más enérgica condena al autor de la patada. Cómo eres tan cobarde de hacer esa demostración de fuerza que no veía desde que Iñigo Liceranzu entraba a rematar en los córners? Dónde has estado escondido todos estos años mientras nosotros sufríamos con Roberto Ríos, Karanka, Asier y defensas de tan poco "punch"? Señores, es probable que gracias a los testículos del señor Aguirre vislumbremos la salvación del Athletic. Si para jugar a futbol solo falta echarle cojones, aunque eso te inhabilite, Antonio Aguirre.
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