lunes, 16 de junio de 2008

Fin del letargo: crónica del txingau

Se hizo un llamamiento a la gente para remar todos en la misma dirección. Como buen afiliado de base, lo acaté sin problemas, total, a quién coño le importa lo que yo escriba? Desde luego no soy ni Vocento ni Recoletos así que creo que tampoco hay mucho que temer.

Tras el acto del BEC toca volver por aquí. Demostramos fuerza y garra, músculo, gente con ganas de dar el callo, ese es nuestro partido. No toda la panda de idiotas que se fueron al acabar el lehendakari, simplemente por respeto se tendrían que haber quedado a escuchar a Urkullu, pero no, tenían que dar la nota. El partido no son ni Ibarretxe ni Urkullu, pero Urkullu es más "del partido" que Ibarretxe puesto que el lehendakari es sólo un cargo. Nuestro cargo más representativo, pero un cargo al fin y al cabo.

Dicho esto, el acto del BEC fue un poco coñazo a ratos, pero me gustó la modernidad que se transmitió. No me gustaron ciertas intervenciones del público, totalmente pactadas, que daban imagen de poca frescura. No me gustó la duración de los eventos, demasiado largos hasta la intervención de nuestros políticos. Pero seguimos siendo capaces de traer a 15.000 personas. Me quedo con eso, que a la postre es lo importante.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo de la panda de idiotas no lo puedo compartir. Sé de mucha gente que estuvo aguantando hasta que terminó de hablar el lehendakari pero no pudo aguantar mas y se fué. por ejemplo algunos mayores que llevaban muchísimo tiempo sentados y les dolía ya todo. O algunos con problemas de próstata por ejemplo. Además Urkullu ya había hablado a lo largo de todo el acto. Por eso, creo que la gente se fué porque se le hizo muy largo pero quería escuchar al lehendakari y aguantaron hasta que éste terminó. Cuando lo oyeron, no pudieron aguantar mas y se fueron. por eso, lo de idiotas, sobra. Seguro que alguno se iría por otro motivo, pero generalizar nunca es bueno. Por cierto, según tu foto, estuvimos muy cerca.
Otzara

Anónimo dijo...

ummm! Yo estuve y tengo que reconocer que siendo joven, terminé con la espalda y el ipurdi un poco dormido. Asi que me imagino que la gente mayor terminó hecha polvo.
Reconozco que se hizo largo, y la verdad aunque se quiso transmitir modernidad, casi pierdo el hilo de para que fuí allí, ya que cada actuación fue demasiada larga y tenía la sensación de que se estaba más ceebrando el centenario del partido, que a otra cosas mariposa.

Si es verdad que había mucha gente, pero demasiada gente mayor, que no sé hasta que punto ya todos podemos contar con ellos a la hora de trabajar.
Hay partido, hay personas, pero habría que hacer un mero examén de lo que es real y de lo que es irreal.....y allí no todo fue real.